FIN DE LA JORNADA 1900
FIN DE LA JORNADA óleo sobre lienzo 88x 128 cm Colección particular |
En este cuadro pintado en el 1900, viene a subrayar un profundo cambio en la trayectoria artística de Sorolla. Esta transformación se centró en el estudio de audaces perspectivas y en el análisis de la figura humana que, a partir de ahora, comienza a ganar volumetría, corporeidad y rotundidad, a la vez que, sin embargo el paisaje se hace cada vez más evanescente, mucho más cambiante y lírico, pierde materialidad, casi deshecho en un puro juego de reflejos .
El asunto sigue inmerso en ese costumbrismo centrado en la vida de los pescadores valencianos pero, en este caso, la temática anecdótica tiende a perder importancia , a favor de la representación, cada vez más audaz, de los efectos de la luz sobre las figuras y las cosas.
Esta pugna, evidentemente , repercute en la tensión muscular y en el movimiento de las figuras que, en este caso, se presentan en un marcado escorzo y en primer plano, tirando de un cabo desde
la orilla. Sus rostros no interesan- por eso los presenta de espaldas únicamente es importante su batalla particular con el mar. Otra vez vuelve a utilizar el maestro valenciano aquí, su característico juego de diagonales para definir la composición: una, la más importante -definida por los hombres tirando y la propia barca- se desarrolla de izquierda a derecha y de fuera hacía dentro, dividiendo ilusoriamente el cuadro en dos triángulos exactos, uno más iluminado que otro. Pero, por si no fuera suficiente esta forma de adentrar que nuestra mirada discurra en zig-zag a través de la accidentadacosta y nos lleva de un extremo a otro de la tela- en diagonales que forman claramente otro triángulo.
Utilizando otro artificio- que a partir de ahora va a ser muy habitual- parece que el pintor ha conseguido realmente incluirnos dentro del cuadro; a esta sensación contribuye la cercanía de los primeros pescadores, su corporeidad y sus cualidades táctiles, así como la tensión que apreciamos en sus cuerpos y en la propia cuerda de la que jalan, de la que no vemos ni su inicio, ni donde está anclada, lo que acrecienta la sensación de que nosotros mismos, el espectador somos la tercera persona que ayudaría con el titánico esfuerzo, pero ya desde fuera de la propia pintura. Esta sensación casi corporalmente en el cuadro se acrecienta por la propia perspectiva , con un punto de vista muy elevado que nos precipita directamente a la escena.
Las Sardineras |
Mercedes Tamara
26 enero 2012
Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa
Realmente espectacular sin palabras las obras que has presentado aqui es un verdadera maravilla , magnífica toda la información que das en estos cuadros enhorabuena Mercedes gracias una vez mas por este magnifico trabajo Sorolla es único. besos
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