domingo, 23 de diciembre de 2018

SOBRE LA HIERBA BERTHE MORISOT

SOBRE LA HIERBA 1874

Sobre la hierba
óleo sobre lienzo 73 x 92 cm
Museo de Petit Palais Paris




Pintora impresionista francesa. Influida por los artistas Camille Corot y Édouard Manet, abandonó su primera formación clasicista en busca de un estilo impresionista muy personal, caracterizado sobre todo por la delicadeza y sutileza que supo imprimir a sus cuadros. Su técnica, basada en grandes pinceladas aplicadas libremente en todas direcciones, dio a sus obras unas calidades transparentes, iridiscentes, tornasoladas. Trabajó tanto la pintura al óleo como la acuarela, realizando principalmente paisajes y escenas de mujeres con niños, como es el caso de Madame Pontillon sentada en la hierba (1873, Museo de Arte de Cleveland) y escenas de interior en las que predominan los blancos, como en El espejo de vestir (1876, Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid). Murió el 2 de marzo de 1896, dejando cerca de setecientas pinturas. © M.E.

En la pintura que nos ocupa los pasteles se funden en un conjunto armonioso , las figuras están inscritas en el marco paisajístico dotadas de gran naturalidad El gesto tierno de la madre hacía su hijo recuerda a las pinturas antiguas que tienen como tema la maternidad Este tema lo repetirá Morisot en otras pinturas que hacen referencia a este tema .Aunque en este caso, las figuras tienen una gran vivacidad por la presencia del perrito y la otra niña mayor que ha situado en el fondo . Maravillosa la gama de colores verdes que dominan toda la pintura 

Mercedes Tamara
23-12-2018

Bibliografia . " Atlas del Impresionismo "

sábado, 15 de diciembre de 2018

CINCO BAÑISTAS PAUL CEZANNE



CINCO BAÑISTAS 1885-1887



Cinco bañistas
óleo sobre lienzo 65 x 65 cm
Museo de Orsay Paris










Durante sus frecuentes visitas al Louvre, Cézanne pronto se sintió impresionado por los grandes maestros clásicos, especialmente aquellos interesados en el desnudo como Tiziano, Rubens, Tintoretto, Veronés o Poussin. "El Louvre es el libro en que aprendemos a leer; sin embargo, no debemos contentarnos con retener las bellas fórmulas de nuestros ilustres predecesores. Salgamos de él para estudiar la hermosa naturaleza" escribía a su amigo Bernard.



 A lo largo de la década de 1880 realizará una amplia serie de lienzos protagonizados por figuras desnudas, siendo las Grandes bañistas la culminación de la serie. Los personajes se integran a la perfección en la naturaleza, situándose en diferentes posturas para poder estudiar las más variadas poses, poses que curiosamente no se realizaron nunca utilizando modelos vivos. Los amplios volúmenes de las mujeres desnudas están resaltados gracias al color, utilizando una pincelada rápida que, en forma de facetas, va configurando la estructura anatómica de cada una de las figuras. La iluminación empleada es bastante arbitraria pero provoca la creación de sombras coloreadas habituales del impresionismo. Estas obras servirán de ejemplo a Picasso y Matisse para su particular aportación a la pintura contemporánea.



Mercedes Tamara
15-12-2018


Bibliografia : " Artehistoria "

miércoles, 22 de agosto de 2018

MUJER CON FRUTA PAUL GAUGUIN

MUJER CON FRUTA 1893


 Mujer con fruta
óleo sobre lienzo 93 x 73 cm
Museo del Ermitage



Magnífico ejemplo de la producción tahitiana de Gauguin realizado en 1893, poco tiempo antes de regresar a París para inaugurar su primera exposición. Por eso el título sería tan enigmático, refiriéndose a la pregunta que le hacen los nativos que aparecen en el cuadro.

Esta pintura  de Paul Gauguin es un lienzo decorativo y plano que encarna la armonía de la naturaleza virgen y de la vida de los nativos de Tahiti . En 1893 junto con los volúmenes , la perspectiva lineal y área , el modelado  en claroscuros y el trazo dinámico impresionista , el artista recurre a la superficie plana . bajo la cual se transparenta el tejido del lienzo - a la combinación de distintas zonas cromáticas entremezcladas con las formas de los objetos y recorridos por la linea precisa del dibujo. 


Las cualidades principales de su estilo artistico es su carácter decorativo y monumental . La tahitiana que sostiene la fruta en sus manos se representa en tonos marrones dorados, una linea precisa marca el contorno de su cuerpo. Todo el cuadro , incluido  el paisaje está tratado de forma sintética, que respira el ardiente calor del verano tropical.

Mercedes Tamara
22-08-2018

Bibliografia : Editorial Biblioteca El Mundo 



miércoles, 15 de agosto de 2018

EL RESTAURANTE DE SIRENES EN ASNIERES VICENT VAN GOGH

EL RESTAURANTE FDE SIRENES EN ASNIERES 1887




El restaurante de Sirene en Asnieres
óleo sobre lienzo 56 x 65 cm
Museo de Orsay




En el verano de 1887 Vincent solía acudir con frecuencia a Asnières - un pueblecito al norte de París muy visitado por los amantes de las actividades fluviales - acompañado de Bernard y Gauguin.


 El restaurante de la Sirène era uno de los más famosos y el pintor quiso inmortalizarlo en este lienzo siguiendo las pautas del puntillismo tomando como referencia a su amigo Signac. 

Las líneas cortas dominan a los puntos, otorgando así una gran viveza a la superficie como Vincent había aprendido de Anton Mauve e indirectamente de Rubens durante su estancia en Amberes. Estas obras de Asnières - véase el Interior de un restaurante o Pescador y barcas junto al puente de Clichy - son escenas plenas de alegría, empleando un colorido vivo con rojos, verdes, azules o amarillos, plasmando en el lienzo una instantánea moderna, sin ninguna profundidad transcendental, muy similares a las ejecutadas por Toulouse-Lautrec. El interés del artista por plasmar un momento de luz concreto y la sensación ambiental creada le acercan al Impresionismo, aunque los jóvenes creadores intentaran superarlo.


Mercedes Tamara
15-08-2018

Bibliografia : ArteHistoria

domingo, 5 de agosto de 2018

AMAZONA DE FRENTE EDUARD MANET


AMAZONA DE FRENTE 1862


Amazona de frente Óleo sobre lienzo, 73 x 52 cm. Museo Thyssen Bornemisza, Madrid.


Édouard Manet (París, 1832-1883) Enmarcado dentro de la corriente realista, Édouard Manet fue una figura central dentro de la renovación de la pintura francesa y occidental de finales del siglo XIX. A pesar de no haber pertenecido al movimiento impresionista, la técnica y la temática de sus obras se convirtieron en referentes imprescindibles para la generación de pintores jóvenes que se decantaron por esta corriente, entre los que se encontraron Claude Monet, Paul Cézanne y Camille Pissarro. Hijo de un alto funcionario del Ministerio de Justicia, decidió hacerse pintor tras dos intentos fallidos de entrar en la Escuela Naval. De 1850 a 1856 asistió al taller de Thomas Couture, donde coincidió con su amigo de la infancia Antonin Proust, que más tarde sería ministro de Cultura. Guiado por su admiración por los grandes maestros de la pintura, copió en el Musée du Louvre las obras de los pintores renacentistas italianos y viajó por Bélgica, Holanda y Alemania. Más tarde, su veneración por la obra de Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo y Francisco de Zurbarán le llevó a pintar temas inspirados en España, a donde viajó en 1865.

La pintura de Manet evolucionó desde su inicial estilo tenebrista, de inspiración española, a una más luminosa, centrada por primera vez en la vida urbana moderna. Esta temática, desarrollada sin duda bajo la influencia de su amigo Charles Baudelaire, y su atrevida técnica ligera y brillante, provocaron su rechazo sistemático de los Salones oficiales, al tiempo que se acrecentó su fama entre los jóvenes pintores impresionistas, quienes intentaron sin éxito que se les unieraen sus exposiciones

Su. Almuerzo en la hierba (ParísMusée, d’Orsay), incluido en el primer Salon des Refusés de 1863, causó un importante revuelo, tanto por el tema como por la técnica empleada, sólo comparable al escándalo provocado poco después por su Olympia (París, Musée d’Orsay), en el Salon de 1865. El mayor éxito de su carrera lo alcanzó con Un bar en el Folies-Bergère (Londres, Courtauld Institute), expuesto en el Salon de 1882

Hacia. el final de su vida pintó numerosos retratos de mujeres, tanto al óleo como en pastel, así como un gran número de bodegones y jardines. Su técnica, que se volvió todavía más suelta y espontánea, abrió un nuevo camino a la pintura moderna. Como escribió Henri Matisse varios años después de su muerte, Manet, al ser «el primer pintor en lograr la traducción inmediata de las sensaciones, liberó el instinto del pintor».

Manet, primero, y los impresionistas, después, continuaron el camino abierto por Courbet en la representación pictórica de lo real y llegaron incluso más allá al iniciar una nueva investigación basada en la percepción de lo instantáneo. Manet, por otra parte, fue el primero en plasmar en sus cuadros las experiencias cotidianas de la gran ciudad, convencido, como Baudelaire, de que «el verdadero pintor, será aquel que sepa arrancar a la vida moderna su lado épico».

La Amazona de frente pertenece a una serie inacabada sobre las cuatro estaciones que Édouard Manet pintó en los dos últimos años de su vida, por encargo de su amigo Antonin Proust, entonces ministro de Bellas Artes. El tema de las cuatro estaciones representadas por figuras de mujeres era relativamente frecuente en la historia de la pintura occidental. La propia cuñada de Manet, la pintora Berthe Morisot, había realizado uno de estos ciclos con jóvenes vestidas con ropas a la moda. Por otra parte, en las estampas japonesas —tan difundidas entonces— también era habitual simbolizar las estaciones con rasgos de cortesanas.

El artista emprendió este ciclo cuando estaba ya muy enfermo y sólo consiguió terminar totalmente el primero de los cuadros, La Primavera, para el que posó la célebre actriz de la Comédie Française Jeanne Demarsy. Manet presentó este cuadro con gran éxito en el Salon de 1882 junto a la obra maestra del final de su carrera, Un bar del Folies-Bergère. Para El Otoño, que no llegó a terminar, fue Méry Laurent quien le sirvió de modelo. Esta gran amiga de Manet al final de su vida había llegado a París con diecisiete años para debutar como actriz y pronto se había hecho famosa y había logrado introducirse en los círculos artísticos y literarios de la capital. El mismo Marcel Proust se inspiró en ella para el personaje de Odette Swann de En busca del tiempo perdido.

Para la Amazona del Museo Thyssen-Bornemisza, que quizá estaba pensada para representar el verano, posó Henriette Chabot, una joven menos conocida que las anteriores, hija de un librero de la rue de Moscou. Animado por el éxito de La Primavera en el anterior Salon, Manet se afanó especialmente en esta obra con la intención de presentarla en el Salon de 1883. Realizó tres versiones: una Amazona de perfil, del mismo formato y muy inacabada; otra Amazona de frente, de mayor tamaño; y la presente pintura. De las tres, sólo esta última fue escogida para la exposición póstuma del artista organizada en enero de 1884 en la École des Beaux-Arts, donde se expuso colgada por primera vez junto a La Primavera y El Otoño.

En toda esta serie, Manet presta gran atención al vestuario de las retratadas siguiendo el credo de Baudelaire de que la moda era un rasgo clave de la modernidad: si Jeanne Demarsy iba ataviada con un traje de flores de última moda, y su belleza de nariz respingona destacaba sobre un fondo florido, Méry Laurent llevaba una moderna pelliza de color marrón, encargada por el propio Manet al famoso modisto Worth. En el cuadro del Museo Thyssen-Bornemisza, la joven Chabot, de aspecto andrógino, viste un traje de amazona que, según testimonio de Antonin Proust, le había prestado a Manet su amigo el pintor Gallard d’Épinay.

El color oscuro del traje le permite al pintor dar muestra de su mágico dominio de los negros, que, en contraste con la claridad del fondo, nos remiten a modelos de Frans Hals. El tratamiento de la luz puede considerarse impresionista, pero en Manet la búsqueda de la luminosidad se yuxtapone al estudio de las superficies de color, de los contornos y de las texturas. El hecho de que sea una obra inacabada permite percibir claramente la soltura de su ejecución, sin ningún titubeo, y esa maestría con la que Manet lograba captar y transmitir lo esencial.



Mercedes Tamara
5-08-2018

Bibliografia : ForoXerbar  

martes, 17 de julio de 2018

RETRATO DE SUSANA BAMBRIDGE PAUL GAUGUIN


RETRATO DE SUSANA BAMBRIDGE 1891
Retrato de Susanna Bamdbrige
óleo sobre lienzo 70 x 50 cm
Reales Museos de Bruselas






En la primavera de ese mismo año, Gauguin partía hacía Tahiti Mientras él se alejaba en Paris quedaban un grupo de pintores sugestionados por su lección : el grupo de los nabis, es decir , los profetas , porque pretendían anunciar un arte nuevo , en la que la realidad pictórica prevaleciera sobre la realidad física. . A este grupo pertenecieron Eduard Vuillard y Pierre Bonnard , quienes reencontraran en el puntillismo no tanto por su afán de veracidad como para crear combinaciones cromáticas , por lo que en sus manos será un instrumento útil y no un sistema riguroso 




Cuando Gauguin llega a Tahití en 1891 se dedicará a realizar retratos para conseguir dinero rápido. La mujer que contemplamos sería una dama inglesa, casada con un jefe tahitiano, que trabajaba como intérprete. Pagó 200 francos por el retrato, cantidad que el artista no consideró suficiente. 





Del año 1891 es este robusto retrato que Gauguin se empeñó en exagerar sus dimensiones encajándola perfectamente en el lienzo y salpicando su figura con gruesas flores con colores chillones. También parece haber un cierto simbolismo acerca de la psicología del personaje.



La figura de Suzanne aparece en primer plano, recortada sobre un fondo de papel pintado en el que encontramos una flor, sentada en una silla y vestida con un traje estampado. La planitud de la figura y la edad de la modelo recuerdan a La bella Angela, aunque en este caso sea el colorido empleado algo más oscuro, animado por las florecillas del vestido. La influencia de la estampa japonesa y el primitivismo que rodea la imagen son dos cuestiones básicas en la pintura de Gauguin en estos momentos.
Mercedes Tamara
17-07-2018

Bibliografia : ArteHistoria

jueves, 12 de julio de 2018

CAMPO DE COLES POINTOISE CAMILLE PISSARRO




CAMPO DE COLES POINTOISE

Campo de coles, Pontoise
 Óleo sobre , 60 x 80 cm
.
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza 

Frente a las escenas de ocio burgués de Monet, Sisley y Renoir, Camille Pissarro mostró predilección por los ambientes rurales. El pueblo de Pontoise, a 35 km de París, es uno de ellos. Allí vivió Pissarro entre 1872 y 1882, y pintó más de 300 paisajes, todos ellos localizados en un área muy reducida.

Cuando Campo de coles, Pontoise fue expuesto en la primera muestra impresionista en 1874, los comentaristas criticaron la vulgaridad de las coles del primer término. Ahora bien, más allá de la importancia concedida a este motivo, la verdadera protagonista es la bruma matinal que envuelve las formas y que Pissarro capta con una técnica que se debate entre el monocromismo de Corot y la pincelada abierta impresionista. Pissarro, además, recurre a una sólida construcción a base de horizontales y verticales que le acerca a la gran tradición clásica del paisaje francés. El resultado es una obra serena en la que el tiempo parece haberse detenido.

El año de 1873 fue uno de los más importantes en la historia de la pintura francesa. Además de crearse el grupo de artistas que, en la primavera de 1874, expondrían juntos en lo que iba a ser la primera de las ocho exposiciones «impresionistas», por aquel entonces surgió una colaboración que ciertamente habría de cambiar el curso de la historia del arte. Durante todo el año, Paul Cézanne, un joven pintor provenzal, trabajó en un proyecto pictórico colectivo con Camille Pissarro, el artista de más edad de los que posteriormente se denominarían impresionistas. A lo largo de ese año, cada uno de ellos se esforzó en crear un estilo personal de paisaje a través de una continua interacción crítica. A Pissarro, que era indiscutiblemente un maestro del paisajismo, la experiencia le ofrecía la posibilidad de aquilatar el avance conseguido trabajando con Monet -en 1870 y en Inglaterra en 1870-1871-, un artista que se contaba entre los más rotundamente personales de aquella época. Y de este modo el anciano que, por derecho, tendría que haber sido el «maestro» de Cézanne, trabajó con el más joven en igualdad de términos.



Para ejecutar la obra Pissarro caminó unos cinco minutos desde su casa a una zona de Pontoise conocida como «le Chou» («la Col»). Estamos probablemente en octubre o a principios de noviembre; el árbol frutal del primer término ha perdido las hojas pero muchos de los árboles de hoja caduca que se ven al fondo conservan todavía su follaje. El artista ha elegido un momento a última hora del día, cuando los rayos del sol poniente entran «en escena de frente por la derecha» proyectando sombras alargadas sobre el primer término e iluminando escasas zonas del cerro boscoso que constituye el «tema» principal del cuadro de Pissarro. Los campos de aluvión del Chou muestran un aspecto invernal, con repollos crecidos en primer término, alternando con otros productos como patatas, que ya se han arado. La luz que entra por la derecha ilumina un prado de pasto de invierno y el cielo tiene la tonalidad gris dorada de un atardecer invernal. Ha habido por lo tanto un inmenso reto pictórico a la hora de «dar vida» mediante el acto de representación a este paisaje soso y básicamente verde.

La escala y el propósito del paisaje se consiguen gracias a tres figuras. Una pequeña, de una campesina que lleva algo que acaba de recolectar y que mira de frente, obligando al espectador a adoptar un papel activo. La segunda, un campesino que se inclina en medio del campo, tal vez para arrancar nabos o, más probablemente, para recoger leña. La tercera, una mujer que no es más que una pincelada mínima de gris azulado en el bosque, justo detrás de la figura más grande, carga con unos haces de leña que ha recogido en el bosque para encender la lumbre por la noche. A diferencia de los campesinos de Millet, éstos se disimulan en las profundidades del paisaje, para que la narrativa humana no interfiera con la plácida contemplación de este atardecer otoñal en el campo.

Lo más interesante de este cuadro es su «lentitud». Las siluetas de las casas, de un tono gris violáceo, que asoman en lo alto del cerro no son las de las nuevas y acogedoras maisons de campagne pintadas por Monet, Renoir y Sisley aquel mismo año. Son las humildes moradas de los aldeanos que llevan más de mil años trabajando afanosamente estos campos. Lo único breve es la «hora del día» -el crepúsculo- y sabemos que dentro de un cuarto de hora caerá la noche, como lo lleva haciendo desde que los campesinos realizan tareas como éstas en campos como éste. No estamos ante un momento «pasajero» de la vida urbana burguesa, con sus trenes, barcos y ratos de ocio; es decir, no estamos ante un momento «impresionista». Se trata más bien de una hora del día lenta, recurrente, de la Francia profunda y, cuando contemplamos el cuadro, también nosotros reducimos nuestra velocidad.




Mercedes  Tamara
12-07-2018

Bibliografia ForoXerbar 

martes, 10 de julio de 2018

LA VIEJA DE LA COFIA PAUL CEZANNE

LA VIEJA DE LA COFIA



La vieja de la cofia
óleo sobre lienzo 81 x 62 cm
National Gallery Londres




La vieja de la cofia pertenece a la última época de Paul Cezanne . Sus características de estilo demuestran que el pintor ha llegado a la sublimación de sus intereses logrando ya el estilo propio Es decir, a buscar la realidad estructural de las formas 


 La mujer se presenta recluida en una angosta estancia, ensimismada en el rezo del rosario, en sintonía con las primeras obras de Van Gogh. La luz impacta en el rostro y las manos de la anciana, con los puños cerrados sujetando las cuentas del rosario. El aire ensimismado de la mujer hace de esta imagen una de las escasas escenas expresivas pintadas por Cézanne. 


Las tonalidades oscuras dominan el conjunto, distribuyendo el color de manera uniforme en lugar de las pinceladas dinámicas que caracterizan el impresionismo. Emplea gamas de pardos, marrones y azules que aportan mayor austeridad a la composición. La tradición cuenta que la mujer había sido monja en un convento pero perdió la fe a los setenta años y se escapó, siendo encontrada por Cézanne en el campo. Se compadeció de la situación de la anciana y la llevó a vivir a su casa del Jas de Bouffan donde trabajaba en las tareas del hogar.


Mercedes Tamara
10-07-2018

Bibliografia : ArteHistoria

domingo, 8 de julio de 2018

HUERTO CON ÁRBOLES CAMILLE PISSARRO

HUERTO CON ÁRBOLES 1877 ÁRBOLE8
HUERTO CON ÁRBOLES

óleo sobre lienzo 66 x 91 cm

Museo de Orsay Paris


Realizada en 1877 esta obra se puede encuadrar perfectamente en el impresionismo en los primeros síntomas de desintegración. Este cuadro parece inspirarse en las técnicas de Renoir y preludia el puntillismo . Fue ejecutada en Pontoise , desde la ventana del taller del artista que poseía en Paris .




En el primer término los árboles floridos define el espacio atmosférico y el color verde oscuro sirve para definir la vegetación del fondo eligiendo un color verde claro para pintar los árboles Al fondo de la obra, unas casas con tejados azules completan la descripción de esta bella obra del artista 

Mercedes Tamara
9-07-2018

Bibliografia . Wikipedia





lunes, 2 de julio de 2018

CONVERSACIÓN BAJO LOS OLIVOS HENRI MATISSE

CONVERSACIÓN BAJO LOS OLIVOS 


Conversación bajo los olivos
. Óleo sobre lienzo, 100 x 82 cm
 Colección Carmen Thyssen-Bornemisz


Bajo una apariencia apacible, los cuadros de Matisse ocultan a menudo un debate complejo y que, a través de las tensas relaciones entre el tema y el estilo, expresan las aspiraciones conflictivas del pintor. Conversación bajo los olivos es particularmente revelador en este sentido. Dos elegantes damas, de pie sobre el césped, parecen charlar. Detrás de ellas, una avenida; más allá, ligeramente más abajo, un olivar; más lejos, la silueta de una colina, y después, otra. El cuadro fue pintado del natural en 1921, en el interior de Niza. El título, en el que aparecen los olivos, y la sombrilla abierta de una de las jóvenes, hablan del Sur y el sol.

Sin embargo, la gama de colores es limitada: sus grises, blancos, verdes, azules y pardos sordos recuerdan a Corot, cuyo consejo de poner un solo punto rojo en todo el cuadro parece haber recordado Matisse, que le admiraba (como única concesión a la exuberancia meridional, Matisse puso tres). Se diría que la hierba exuda un delicado rocío y una bruma matinal ronda alrededor de los follajes. En suma, en este «paisaje con figuras», como en todas las vistas que pintó en el Sur, al final de la guerra, Matisse «piensa en el norte» (por otra parte, en la misma época irá a trabajar a Étretat). En esos años está de moda la «llamada al orden»: el artista del momento es Derain.

Matisse compone de acuerdo con los aires del tiempo, pero sin traicionar sus convicciones. Fue a través del paisaje impresionista como, en sus inicios, accedió a la modernidad: hacia él se esfuerza ahora por volver. No hay que decir que no lo conseguirá: al simplificar, o mejor, al acusar los elementos de la composición, devuelve imperceptiblemente al presente, en otras palabras, al plano pictórico -ese imperativo categórico de la modernidad que él mismo había contribuido tanto a imponer en su momento-, una escena que parecía destinada a deslizarse suavemente hacia el pasado. Las dos jóvenes no subirán a la acera mecánica que, bajo el aspecto de una avenida, desciende detrás de ellas.

Lo que a Matisse le interesa más que todo -lo dijo en 1908- son las figuras. Desde Le bonheur de vívre, 1906, sueña con reintegrarlas en el paraíso
de la decoración, que se confunde con el plano pictórico. Pero el papel de ese fondo no podrá ser mantenido por el paisaje, demasiado difícil de conciliar con la estética de la decoración que constituye a partir de entonces su gran objetivo, entrevisto en Marruecos en 1912-1913, interrumpido por la guerra y provisionalmente en suspenso. No realizará hasta un cuarto de siglo más tarde el cuadro concebido como alfombra. 


Mientras tanto, pinta alfombras colgadas en las paredes y papeles murales que imitan el mármol o la cerámica, así como celosías, muebles, accesorios y trajes exóticos; todo un decorado artificial que hacía olvidar en los cuadros la presencia de verdaderas paredes y el recurso a los procedimientos pictóricos elaborados por Occidente para hacer mensurable su espacio. Confinadas en estos interiores, en los que el mundo occidental sólo entra por la ventana, las figuras esperarán que Matisse sepa y se atreva finalmente a introducirlas en el jardín edénico de la decoración. Conversación bajo los olivos, que se cuenta entre los últimos paisajes pintados por Matisse, es aquel en que las figuras se despiden de la naturaleza.



Mercedes Tamara
2-07-2018
Bibliografia ForoXerbar 

viernes, 29 de junio de 2018

LA LECTURA EDUARD MANET

LA LECTURA 1865 -1873
La lectura
óleo sobre lienzo 65.5 x 73,5 cm
Museo De Orsay Paris 


La obra fue a parar a la colección particular de Winnaretta Singer, princesa Edmond de Polignac, donde permaneció hasta que en 1944, tras la muerte de la princesa, fue entregado como donación al Estado francés y depositado en el Museo del Louvre.

 En 1947, al igual que el resto de las obras impresionistas del museo, fue trasladado a la Galería del Jeu de Paume, una sala de exposición situada en el Jardín de las Tulleríasy perteneciente al Louvre. Allí permaneció hasta 1986, momento en que, con la creación del Museo de Orsay, fue trasladado a ese museo, al igual que el resto de la colección de pintura impresionista del Louvre. En la actualidad puede contemplarse en el Orsay, en la sala 31 del nivel 


En la obra dominan el color blanco del vestido de la mujer, el sofá y las cortinas, tratados con grandes pinceladas de gran luminosidad, en contrapunto con el tono oscuro del cinturón y el collar​ En opinión de Peter H. Feist, en este cuadro «Manet reacciona de manera más sensitiva que de costumbre y analiza especialmente las tonalidades de blanco que se ofrecen a sus ojos».La pintura representa a la esposa del artista, Suzanne Manet (Suzanne Leenhoff de soltera), sentada, y al hijo de ambos, Léon, de pie leyendo un libro. León fue un modelo recurrente para Manet, que lo retrató en varios cuadros, como El almuerzo, Niño con espada o Las burbujas de jabón.
En la obra Manet se muestra mucho más intimista en una escena familia en la que dominan el color blanco del vestido de la mujer, el sofá y las cortinas, tratados con grandes pinceladas de gran luminosidad, en contrapunto con con el tono oscuro del cinturón y el collar. En opinión de Peter H. Feist, en este cuadro «Manet reacciona de manera más sensitiva que de costumbre y analiza especialmente las tonalidades de blanco que se ofrecen a sus ojos»
Quizá el artista se viera influido por Whistler, algunas de cuyas obras se habían expuesto años atrás en el Salón de  París. Los trazos son muy sueltos y las pinceladas se aprecian claramente. La suave luz que penetra por la ventana, filtrada por los visillos, ilumina con mayor fuerza una parte del rostro de la dama y deja a la segunda figura en una zona de semipenumbra. La transparencia de las mangas del vestido está perfectamente conseguida, dejando de lado el estilo más duro de la Olympia Desayuno sobre la hierba para ofrecer una imagen en la que predomina el abocetado. Quizá el contacto con los jóvenes impresionistas le provoque algún ligero cambio en su pintura. 

Mercedes Tamara
29-06-2018

Bibliografia .Wikipedia

domingo, 24 de junio de 2018

MUJER CON CAFETERA PAUL CEZANNE

MUJER CON CAFETERA-1890- 1895
Mujer con cafetera
óleo sobre lienzo 130.5 x 96,5 cm
Museo de Orsay Paris





Una mujer madura se sienta junto a una mesa en la que hay una cafetera y una gran taza con su correspondiente plato y cuchara. Tras ella se aprecian los casetones de una puerta y la decoración floreada del papel pintado de la pared -influencia de la estampa japonesa-. La volumetría de la mujer es significativa, destacando la contundencia de su torso y brazos. La cabeza está tratada con maestría, reflejando la luz en su zona derecha para resaltar la carnación, igual que ocurre en las manos y en el vestido. De esta manera Cézanne demuestra su vinculación con el Impresionismo, reaccionando en busca de la forma y del color, sus máximos objetivos. La técnica empleada es rápida y violenta, con largos toques de pincel o espátula, sin descuidar el dibujo ni las formas geométricas, en una imagen muy atractiva.





La figura de la mujer es todo un bloque compacto en el centro y que ocupa gran parte de la tela. Pero su volumen protagónico en realidad viene determinado por el contorno, y también por las formas geométricas que delimitan su masa. Un tratamiento geométrico que también se manifiesta en las formas de los pliegues del vestido, o el contraste entre las formas rectas del fondo y las curvas del cuerpo.


Orden y geometría son constantes en las creaciones de este artista postimpresionista, así como también es muy habitual que en sus obras el color principal y más destacado sea el azul. Un protagonismo por su cantidad de superficie y también porque destaca especialmente al superponerse a los ocres espesos del fondo o compararse con el rojo pardo del mantel de la mesa.

Esa ambientación general también provoca que tengan una gran presencia dos objetos de relativo pequeño tamaño dentro del conjunto. Hablamos de la taza y de la cafetera pintada en tonos blancos. Estos objetos sobre la mesa, de alguna forma son como un cuadro dentro del cuadro, un bodegón a los que tan acostumbrados nos tiene la producción pictórica de Cezanne, con obra como por ejemplo Naturaleza muerta con escayola o La cómoda.

En todos esos bodegones vemos la importancia que le da a la geometría como elemento constructor del espacio. Sus bodegones siempre se han considerado como el principio del Cubismo, pero en este caso todo el cuadro lo podemos catalogar como precubista.





Mercedes Tamara
24-06-2018



Bibliografia .Guía del Arte 




















Una mujer madura se sienta junto a una mesa en la que hay una cafetera y una gran taza con su correspondiente plato y cuchara. Tras ella se aprecian los casetones de una puerta y la decoración floreada del papel pintado de la pared -influencia de la estampa japonesa-. La volumetría de la mujer es significativa, destacando la contundencia de su torso y brazos. La cabeza está tratada con maestría, reflejando la luz en su zona derecha para resaltar la carnación, igual que ocurre en las manos y en el vestido. De esta manera Cézanne demuestra su vinculación con el Impresionismo, reaccionando en busca de la forma y del color, sus máximos objetivos. La técnica empleada es rápida y violenta, con largos toques de pincel o espátula, sin descuidar el dibujo ni las formas geométricas, en una imagen muy atractiva.

viernes, 22 de junio de 2018

EL BAILE DE LAS CUATRO BRETONAS PAUL GAUGUIN


 - El baile de las cuatro bretonas óleo sobre lienzo 73 x 98 cm
Neue Pinakothek - Múnic


Su tutor, Gustave Arosa, hombre de negocios y gran amante del arte, introdujo a Gauguin entre los impresionistas. En 1874, conoce la obra del pintor Camille Pissarro y visita por primera vez una muestra de pintura impresionista. Al igual que su tutor, se aficiona al arte, lo que le lleva a tomar clases de pintura y a hacer sus primeros intentos de creación en este terreno. Expone sus obras junto a los impresionistas en 1876, 1880, 1881, 1882 y 1886 y reúne una colección personal con obra de Manet, Cézanne, Monet y Camille Pissarro .



Desarrollo Los cuadros de bretones habían cosechado bastante éxito en el Salón de París en los últimos años de la década de 1880. Gauguin, que estaba en Pont-Aven en 1888, decidió emplear a las bretonas como protagonistas de sus lienzos


. Así surgen escenas como Cuatro mujeres bretonas o este baile, en el que el pintor ha recogido el momento de la danza de la recolección de la paja. Contemplamos a tres niñas en diferentes posiciones agarradas de las manos, interesándose Gauguin por representar los tocados de las pequeñas mientras el resto del cuadro aparece con un mayor abocetado. La paleta del pintor se aclara a marchas forzadas, dando paso a tonalidades más personales con las que transmite su estado de ánimo y sus sentimientos.


Mercedes Tamara
22-06-2018

Bibliografia : ArteHistoria


miércoles, 20 de junio de 2018

TEJEDOR EN EL TELAR VICEN VAN GOGH

Tejedor en el telar
óleo sobre lienzo 70 x 85 cm
Museo Kroller MullerA





Esta obra forma parte de la serie dedicada por Van Gogh a los tejedores en los primeros meses de 1884, durante su estancia en la casa familiar de Nuenen. En ella critica la situación laboral de estos hombres tomando contacto con las teorías socialistas y anarquistas. 



El tejedor se presenta totalmente abstraído en su trabajo, ante la inmensa mole de la máquina que ocupa la mayor parte de la superficie, insertado en ella como si fuera una parte más de su mecanismo

. Una pequeña lámpara en la zona derecha nos indica el trabajo nocturno aunque la silueta del hombre y el telar se recortan sobre un fondo claro que sugiere una luz natural. Lo anecdótico ha sido suprimido para presentar al trabajador como un héroe, identificándose Vincent con él. Las tonalidades oscuras dominan una composición en la que las líneas horizontales y verticales organizan el conjunto. Las pinceladas rápidas y empastadas típicas del maestro se aprecian con contundencia, expresando sus sentimientos de solidaridad y rabia por la situación de la clase obrera en los años finales del siglo XIX.


Mercedes Tamara
20-06-2018

Bibliografia ArteHistoria 

lunes, 18 de junio de 2018

AUTORRETRATO VICENT VAN GOGH

AUTORRETRATO 1886-1888
Autorretrato
óleo sobre lienzo 42 x 34 cm
Art Institute of Chicago 


Van Gogh realizó en su vida numerosos autorretratos Durante los años 1886 a 1888 se cuentan veinticuatro . La insistencia en representar su propia imagen es todo un síntoma de la preocupación retrospectiva del artista .

El cuadro, constituye , ante todo, un extraordinario estudio psicológico , representando su imagen en tres cuarto de perfil , el rostro se halla dominado por la profunda e inquietante expresión de los ojos, inflamados con las pinceladas llameantes que los contornean , las cuales aparecen ascender de la barba rojiza .

La materia pictórica fue aplicada en forma de trazos lineales y puntos de notable relieve que desempeñan un papel expresivo fundamental . Las características técnicas de este Autorretrato revelan la admiración de Van Gogh por las series puntillistas de Seurat y Pissarro , pintores con los que mantuvo relación directa con ellos durante el período de residencia en casa de su hermano Theo .

Su método , sin embargo, no es ortodoxo, puesto que la utilización de trazos paralelos -por ejemplo para la construcción de los cabellos , barba y modelado del rostro -confieren a la obra un efecto expresivo y emocional inalcanzable por el puro procedimiento divisionista de Seurat , mucho mas técnico que el del Van Gogh, en el que prima la expresión en detrimento de la técnica pictórica . Se cree que esta técnica responde perfectamente a la tradición pictórica neerlandesa , puesto que se halla en la linea de Hals y Rembrandt 




Mercedes Tamara
18-06-2018

Bibliografia : Van Gogh ,Edit Taschen





viernes, 15 de junio de 2018

LA SEÑORA MATISSE CON MANTÓN HENRI MATISSE

LA SEÑORA MATISSE CON MANTÓN
LA SEÑORA MATISSE CON MANTÓN
óleo sobre lienzo 112 x 89 cm
Museo de Basilea










La enseñanza de Gauguin se refleja en esta obra de Matisse en la que la modelo de la obra es su propia esposa En esta línea inicial del fauvismo debemos incluir este retrato de la esposa del pintor, En La señora Matisse con mantón prevalece el interés por la construcción de la figura  a base de manchas de color plano delimitadas por lineas de contorno.





El intenso colorido se convierte en el protagonista, aplicado con largas y empastadas pinceladas que recuerdan al impresionismo. Los colores son arbitrarios, rompiendo con la estructura habitual del color, siguiendo a Cèzanne. o. El resultado es una obra cargada de elegancia e intensidad, en la que el espectador disfruta de la estridencia tonal que identifica el estilo fauvista, y especialmente de Matisse.




El efecto final es similar al que producen algunos cuadros del artista que en apariencia , la técnica de ejecución de la pintura es muy burda a base de retículas parecidas a la de una vidriera . También es patente en este lienzo la influencia sobre Matisse del arte africano , a la que se debe , por ejemplo, la configuración del rostro del personaje , tallado en planos muy simples que son reforzados en planos muy simples que son reforzados por lineas vigorosas. 


Mercedes Tamara
16-06-2018

Bibliografia Henri Matisse , Edit Taschen