martes, 25 de febrero de 2014

TEJADOS BAJO LA NIEVE DE GUSTAVE CAILLEBOTTE

TEJADOS BAJO LA NIEVE 1878
TEJADOS BAJO LA NIEVE
óleo sobre lienzo 64 x 82 cm
París , Musée d´Orsay





En 1879, Caillebotte participa en la cuarta exposición impresionista, con más de veinticinco obras. Entre ellas se encuentran dos vistas de tejados, incluida ésta. Dicho envío masivo da la medida del entusiasmo de Caillebotte. Ha integrado las filas de los impresionistas desde 1876, y se ha convertido en uno de los miembros más activos del grupo, como pintor, pero también como mecenas, gracias a una fortuna personal considerable.

Sus vistas de tejados, al contrario de las escenas de barcos de remo y de los retratos, también mostrados en 1879, generan entonces pocos comentarios. Constituyen sin embargo, un eslabón importante en la serie de las representaciones urbanas, por las que tanto se aprecia a Caillebotte en la actualidad. Ya sean escenas de calles en el París hausmaniano, o vistas en picado ejecutadas a partir de su balcón, nos invita, en cada uno de estos lienzos, a compartir su visión insólita de la ciudad. Su Vista de tejados, tiene además pocos precedentes directos, de no ser en fotografía. Pero no es seguro que se trate aquí de una fuente del pintor.


Paisaje urbano eminentemente "moderno", este cuadro describe de maravilla el atmósfera de un día de invierno en París. El cielo bajo inunda de gris los tejados nevados, a penas animados por algunos toques de rosa apagado. Interesándose de este modo por los efectos de las temporadas en la luz y en el paisaje, Caillebotte confluye con sus compañeros impresionistas Monet, Sisley o Pissarro.

Donado a los Museos Nacionales de Francia por el hermano del artista, en mismo tiempo que los famosos Acuchilladores de parqué, la Vista de los tejados fue durante tiempo una de las escasas pinturas de Caillebotte conocidas del público, porque la mayor parte de su obra se mantuvo en su familia, durante varias décadas.


Mercedes Tamara
25-02-2014


Bibliografia : El Impresionismo, Edic Taschen

sábado, 15 de febrero de 2014

EL BOULEVARD DE CLICY , LA NIEVE DE PAUL SIGNAC


EL BOULEVARD DE CLICY , LA NIEVE  1886 


EL BOULEVARD DE CLICY , LA NIEVE

óleo sobre lienzo 46.5 x 65,5 cm

Minneapolis Institute








Signac, como ya lo hicieran antes Béraud y Goeneutte, vuelve a tomar una vista de este segundo tramo del Boulevard de Clichy, desde el punto que hemos marcado con 1 en el plano superior, en el ángulo B de esta arteria principal de Montmartre. No nos cabe duda de que este es el punto de vista de la obra, pese a que otros autores la localicen en la Place Blanche en dirección Pigalle.





El lugar debiera ser muy familiar para el pintor ya que se encontraba frente a su estudio situado en el 130 del Bvd. de Clichy, al lado del de Seurat, (donde también lo tendría Picasso en 1901), en uno de los edificios laterales que formaban el antiguo Passage de Clichy (antes de St.Pierre), colindante a la desembocadura de la Rue Forest (R.Capron) en el ángulo del bulevar. En 1886, fecha de datación de la obra, aún no se había abierto el viaducto sobre el Cementerio de Montmartre (de 1888) que daría lugar a la desembocadura de la Rue Caulaincourt en este rincón histórico donde una década más tarde entre 1897-1899, se construirá el magnífico edificio del "Hippodrome Bostock".

El encuadre de la obra desplazado hacia la izquierda del paseo central, nos permite ver la perspectiva de esa acera interrumpida por la empinada cuesta de la Avenida del Cementerio (Av.Rachel), hasta perderse en la Place Blanche al fondo. De la parte derecha del bulevar solo vemos el angulo cortado en bisel que forma un muro delante del cual se encuentra una figura, marcando el comienzo del primer tramo del bulevar en dirección a la Place de Clichy. Posiblemente se trate del final del que aparece a la derecha en la obra de Béraud. Por delante de este, en primer término, se observa la curvatura del paseo central arbolado en el que sobresale un edificio con tejado a dos aguas junto a dos árboles y una farola. Que esta construcción se encuentre en un extremo del paseo central se deduce por las direcciones que a ambos lados del mismo marcan las huellas dejadas en la nieve por el tránsito de vehículos tirados por caballos, calesas, hippomobiles y tranvía à impériale,como vemos, mucho mayor por la zona de la derecha del bulevar, que forma la curva más cerrada y alejada, que por la más próxima al espectador en primer plano mucho más abierta.

En el esquema de la derecha, se han vuelto a señalar con un punto rojo el lugar de la toma de la obra del que parte una forma azul que dibuja el ángulo representado. Sobre ambos sectores del bulevar se han dibujado en verde claro las formas que corresponderían a los paseos centrales arbolados. Las flechas rojas indican la situación y dirección de las huellas dejadas por el tráfico según las pintadas por Signac. Finalmente, sobre el comienzo del primer tramo, hemos dibujado un cuadrado naranja y tres puntos oscuros que representan el edificio y los dos árboles así como la farola que aparecen en primer plano. Pero si la localización del lugar ahora está bastante clara, no ocurre así, cuando nos preguntamos por la identidad de la construcción que preside el inicio de este paseo de la derecha; de hecho nos condujo a pensar en otra posibilidad. No hemos encontrado ninguna imagen que pudiera darnos una pista o testimonio de lo que fuera y sólo la bandera parcialmente visible que aparece en él lo identificaría como una edificiación de carácter oficial, tal vez un puesto de policía o una escuela, que ya no aparece en otras imágenes de la zona. Existen muestras muy diversas de estructuras situadas en los paseos centrales de los bulevares formando parte del mobiliario urbano, puestos, barracas, kioscos, casetas, pero ninguna con la configuración de obra que presenta la pintada por Signac. 

Existe una fotografía de Favius (arriba) tomada en 1870 durante la Comuna de Paris, que muestra todo el bulevar repleto de unas barracas de madera que a todas luces no tienen nada que ver con la forma de este edificio. A parte de los kioscos de periódicos y vespasianos, las estructuras más frecuentes eran las como puestos de venta que se situaban en las paradas importantes de transportes públicos, omnibus y tranvias, así como en lugares de mucho tránsito peatonal, pero éstas no parece que fueran de obra. Presentaban un diseño distinto (arriba) de armazón metálico y madera, con huecos moldurados para anuncios, ventanillas y tejado con cornisa y adornos, que a veces se remataban con una pequeña torreta de ventilación. Son la mayoría que vemos en la postales, y en algunos paisajes de los bulevares como el pintado por Truchet en la Place de Pigalle o Van Gogh en la Place Blanche (debajo).¿Que era entonces el edificio pintado por Signac? Tal vez nunca lo sabremos. Ni tan siquiera si fué inventado por el artista, como recurso para cerrar la composición del cuadro.


Mercedes Tamara
15-02-2014


Bibliografía : " Gran Atlas del Impresionismo " Edic Letea
                      Impresionismo, Edic Taschen

sábado, 8 de febrero de 2014

VISTA DE BENNECOURT CLAUDE MONET

VISTA DE BENNECOURT 1887
Vista de Bennecourt
óleo sobre lienzo 81 x 81
Gallery of Fine Arts  of Columbia


Tras pasar el otoño de 1887 en la costa bretona, Monet regresó a Giverny. Allí se interesó por los paisajes de los alrededores, llamando su atención los árboles de las cercanías de Bennecourt. De esta manera recuperaba las formas y los volúmenes que en las marinas de Etrerat y Belle-Ile casi habían desaparecido. De nuevo se interesa por los efectos de luz, jugando con los reflejos de los árboles en la pradera y las casas al fondo. La luz es tan potente que difumina los contornos y crea un efecto atmosférico tal que los volúmenes casi pasan desapercibidos, especialmente en el fondo. Los colores se avivan al impactar la luz otoñal sobre ellos. El estilo rápido y abocetado del maestro refuerza la sensación de impresión del trabajo, recurriendo a las sombras coloreadas y los colores complementarios que se inspiran en las teorías cromáticas de Delacroix

 La luz y los nuevos colores que le salen al paso en el mediterráneo se empiezan a reflejar en sus obras, difuminando cada vez más el color y aportando en su pincelada los resultados de un análisis cada vez más científico y estudiado.
Cuando regresa de nuevo a Giverny, tras su paso por Etretat, pinta el paisaje de los lugares próximos entre los que se encuentra Bennecourt y sus bellas alamedas junta al Sena. El cuadro que vemos, ya de 1887, representa un grupo de álamos jóvenes de ramajes y texturas totalmente descompuestos por una luz dorada que establece una riquísima explosión de verdes y sepias, combinación de complementarios irremediablemente presente en  la naturaleza verde al ser expuesta a la luz anaranjada de los cielos vespertinos. Son dos colores que aparecen, manchados en todos sus tonos posibles, siempre hermanados bajo esta iluminación.


Pintadas en el verano y el otoño  de ese mismo año son precisamente sus famosas series de álamos, casi todas realizadas en las riberas del pequeño río Epte, que serpentea próximo al lugar donde los Monet tenían su casa-jardín en Givenchy. Allí Monet instaló un pequeño estudio flotante al que se desplazaba en barca casi a diario. A continuación presentamos parte de éstos, volvamos a decir estudios, que se continuarán ese mismo año con la de sus ,todavía más famosos, almiares y ya, entre 1892 y 1894, con las mucho más conocidísimas fachadas de la catedral de Rouen, en las que llega a pintar luz pura.
 



Mercedes Tamara
8 -02-2014

Bibliografía . El Impresionismo Edic Taschen