lunes, 10 de septiembre de 2012

EL MAMÓN DE JOAQUIN SOROLLA


EL MAMÓN 1894

El mamón
óleo sobre lienzo 55, 9 x 78,1 cm
Colección Masaveu

 En esta composición , como todas las realizadas entonces , es muy clara y perceptible  la influencia del pintor andaluz José Jiménez Aranda ( 1837-1903 ) , con el que Sorolla  estrecharía amistosos lazos a su llegada a Madrid. Su ascendencia no sólo está presente 
en la concepción de una escena cuyo argumento es puramente anecdótico , sino en los propios recursos ambientales realistas que la caracterizan . Cuando el consagrado artista sevillano regresó a su ciudad natal , no sólo traspasó al joven Sorolla el uso de su emblemático estudio en el llamado Paisaje de la Alhambra -con todas las connotaciones que ello acarreaba en el ambiente profesional al que pertenecían - sino que en realidad e transmitió también su modo de entender las escenas de género, lo que e sirvió al valenciano para afianzar su posición en el mercado artístico de la capital.



Jiménez Aranda presintió el éxito arrollador del artista y trató verdaderamente de acomodarlo del mejor modo posible en la ciudad que él dejaba, presentándolo , en  cierto modo, como su heredero. A esta amistad, el pintor valenciano supo corresponder justamente, como deja claro en sus cartas , llenas de palabras de sincera admiración para el sevillano. Sin embargo, Sorolla maduraría mucho sobre el estilo del viejo  maestro español. Así, confirió a las figuras una rotunda corporeidad , avanzando   sobre la concepción de las escenas de género que había realizado hasta entonces.

El detenido realismo descriptivo, concebido como ejercicio virtuoso característico del estilo de Jiménez Aranda y que fue un recurso que hizo propio Sorolla en otros momentos de su producción , es sustituido aquí, por un desarrollo intenso  del efecto de la luz , que revela claramente la preocupación más característica de su producción venidera y en el que Sorolla se muestra como un verdadero maestro. En efecto, la descripción de la deslumbrante claridad que penetra desde la ventana y recorta los perfiles de los personajes , así como los efectos escalonados  desde la cegadora intensidad de la luz hasta los tonos de amortiguada penumbra  que se describen con formato deshechas en el uelo , como el cardador entre la lana estilada, son el principal atractivo plástico de la obra ,in duda , el mejor ejemplo de la producción de más clara intención comercial de Sorolla en estos añosecon rigor, convirtiendo  voluntariamente este pequeño lienzo es un testimonio antropológico de los usos y costumbres rurales del interior en una provincia española. En este sentido , en esta pequeña obra se adelanta a la vocación realista de documentar las costumbres provincianas españolas que marcaría su Visión de España ,realizada  dos décadas después , ya en otro contexto histórico y estético , con un planteamiento más complejo.


 La escena, que representa la contemplación de toda la familia  del nuevo miembro mientras se amamanta , refleja la apasionada vocación  familiar que había caracterizar toda la producción de Sorolla y que se convirtió  en una de sus constantes preocupaciones argumentales . El padre abandona el  cuidado de su devanadera y mira con complacido deleite al niño. Mientras la hija mayor se fija, tomando la misma perspectiva que el espectador en la   atención de su padre al recién nacido .Todos menos ella han interrumpido por completo su labor cotidiana escarneando y torciendo la lana merina de la provincia, actividad que fundamentaba la economia segoviana  todavía a finales del siglo XIX . Sin apartar sus manos del torno de  hilar , la niña escenifica a unos párvulos celos que confieren a la obra el tono entre tierno y ligeramente melodramático que entonaba su argumento con el gusto del  mercado de esos años.


Mercedes Tamara
10 -09-2012


Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa

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