jueves, 13 de septiembre de 2012

EL CIEGO DE TOLEDO JOAQUIN SOROLLA


EL CIEGO DE TOLEDO 1906


El ciego de Toledo
óleo sobre lienzo 62x 93 cm
Dallas, Meadows Purchase : University Museum Purchase



Sorolla, que se hallaba en Biarritz el 15 de septiembre de 1906 , dudaba si pasar aquel mes en Granada , Ávila o Segovia y le pedía, incluso opinión a su amigo Pedro Gil . Finalmente se inclinó por esta última ciudad donde sufrió mucho frío y reflexionaba , en carta a su esposa  del 10 de octubre :" Hay aquí cosas bonitas pero mucho menos que en Toledo " . Pasó luego a Aranjuez , donde apenas pudo trabajar por la intensa humedad , de modo que finalmente se dirigió a Toledo donde como solía todos los años , se hallaba establecido Aureliano Beruete, que dedicaba aquel mes a trabajar en la ciudad y sus alrededores.


Entre las ciudades castellanas que pintó Sorolla , Toledo tiene una significación especial . Al poco de su llegada allí, el artista se sentía impresionado por su grandeza. Al recorrer las calles le parecía vivir en el siglo XVI . Dilató el comienzo de su campaña pictórica dos días para  reconocer bien la ciudad , pues decía a su esposa , " esto es muy grande y hay que enterarse de todo antes " y llegó a pintar veinte cuadros allí durante una estancia que debió prolongarse al menos hasta los primeros días de noviembre ".



En el Museo Sorolla se conserva una fotografía en la que el artista aparece pintando el  cuadro del natural . En éste, la importancia que asume la figura del ciego, pintada con el mayor esmero en sus tonos calientes , diferencia con claridad esta obra de otras vistas  que desde el mismo puente realizó Beruete como la que pintó desde la orilla en ese mismo mes de octubre de 1906,



Vestido con grueso manto de paño castellano y tocado con su sombrero flexible , la viveza de su paso , en su camino hacía el espectador , y la disposición del camino y el muro en escorzo , animan la composición , cuya serenidad deriva de la disposición del puente , que tiende sus arcadas en un plano casi paralelo al espectador . Al pintor le había llamado la atención al poco de su llegada unos asnos que había visto , e introdujo en la composición estos animales, que , efectivamente ; solían subir la Cuesta de Doce Cantos desde el río



Otras caballerías que tiran de una carreta entoldada aparecen en el puente , en el mismo lugar , que corresponde al ensanchamiento del tajamar , en que las pintó en otra vista del Puente de Alcántara desde arriba, en acusado escorzo . Mediante estos elementos el pintor acertó a humanizar el paisaje que conjuga con gran equilibrio sus diversos  elementos arquitectónicos naturales. Así , el puente abraza al río en un armonio juego de colores entre el azul cerúleo de las aguas y los tonos claros de la arquitectura . A partir de ésta hacía el fondo , se extiende con armonía la naturaleza en la Vega Alta, al noreste de la ciudad . Allí , la amplia llanura aluvial formada por el río incluye a  la izquierda los sotos de la huerta de San Pablo, sede de la antigua Almofala, y a  la derecha la limita la revuelta de la bajada del castillo de San Sevando.



Más allá de las vegas se suceden en suave ascensión las tierras rojas y los olivares en las lomas , resueltas en pinceladas largas y nimbadas de nubes en la estrecha franja del cielo azul grisáceo . El artista estudió con rigor la distribución de las luces y las sombras en esta obra, pintada con clara luz matinal en un colorido claro muy atemperado , y con una ejecución amplia y franca , que se advierte muy bien en  las pinceladas de las zonas en sombra . En el puente , los toques cortos anaranjados de materia densa y apretada, muestran la incidencia de la luz sobre la rosca de  ladrillo de su arco principal. El muro del primer término , coloreado con variedad  de tonos , proyecta su sombra de color malva según una superficie que resaltauna expresiva linea de contorno violeta 



Mercedes Tamara 
13 -09-2012



Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa

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