martes, 17 de enero de 2012

NIÑA ITALIANA CON FLORES DE JOAQUIM SOROLLA

NIÑA ITALIANA CON FLORES 1886

NIÑA ITALIANA CON FLORES
Óleo sobre lienzo 33 x 45 cm
Colección Andrés B. Fanjul




Tema obligatorio para todos los becarios españoles , estos retratos infantiles se constituyen como verdaderos ejercicios para el estudio del tratamiento de la  atmósfera , la luz y los motivos. En estos retratos de niñas italianas es fácil intuir ya la genialidad del Sorolla maduro.


Parece que el jovencísimo pintor desconfía de la imaginación plástica y, en esta ocasión, elige únicamente la vista como guía infalible, tanto para la composición como para el tema. Como se ha dicho , su estancia en Roma , supone para el artista una toma de contacto con las nuevas tendencias pictóricas . El mundo del arte se encuentra en estos momentos a la búsqueda de nuevos horizontes , nuevos estilos y manifestaciones expresivas.


Fundamentalmente después de su viaje a París , donde conoce las obras de los grandes maestros como Julien Bastien Lepage ( 1848-1884 ) - cuya influencia es evidente en esta pequeña tela- se empieza a interesar especialmente por el  naturalismo , con un fuerte componente campestre popular que tiene sus antecedentes en pintores como Coubert o Millet .


CABEZA DE ITALIANA




El propio Bastien Lepage , que había unido la temática campestre de este último con las suaves formas caracteríticas de la Escuela  de Barbizón, se reafirmaba en la idea del realismo al contestar a sus críticos :" Me  dicen que mis valores no son correctos . Pueden que tengan razón. Pero, doy mi  palabra que solamente pinto las cosas  tal y como las veo y es imposible que  pueda tomar prestado lo que ven los ojos de otra gente ".


Seguramente , uno de los aspectos que más llamó la atención de nuestro artista sobre el pintor francés , fue su técnica de pincelada ancha y su preferencia por trazar el boceto al aire libre , sin menoscabo de  poder adaptarlo posteriormente en el estudio.


                                                    


Pero además esta técnica pictórica más libre, así como el estudio de la luz , también lo conocía Sorolla a través de la influencia del que fue su gran maestro Ignacio Pinazo y Camerlench. El gran plenairista español, cuyas maneras apreciamos en este lienzo, le aconsejó , además , que cimentara su obra en un dibujo preciso y firme, que debería completarse por medio de la reflexión y el estudio.


Recuerdan a su maestro , además de la predilección por el tema infantil , la inclinación por las tonalidades oscuras, la impresión de los trazos con la que está modelada la cabeza de la niña y la desenvoltura técnica del conjunto , que no consigue ocultar, sin embargo, su profunda formación basada en el dibujo.


Logra una composición de perfecto equilibrio al colocar el perfil de la muchacha no en el centro de la composición , sino ligeramente ladeado, concentrando toda la intensidad expresiva en el rostro absorto de la niña que traduce, con su elegante pose, una cierta melancolia. En estos momentos Sorolla no aplica todavía los colores fuertes , que le caracterizarán posteriormente en lugar de éstos, utiliza contrastes de una luz ocre y un buen balance de valores oscuros.


El formato, marcadamente apaisado-influido por el mundo de la fotografía , a la que era tan aficionado se constituye en un claro antecedente de su abundante uso futuro para las composiciones destinadas únicamente a sus seres queridos. La luz , con un punto focal alto y lateral , incide sobre el bello rostro , reflexivo y reposado, otorgando una especial atención al modelado de las carnaciones de la niña, de dibujo preciso y volumen muy trabajado; los motivos vegetales , de atención minuciuosa y descriptiva, exaltan los matices de la piel de la modelo que destaca sobre un fondo apenas insinuado y resuelto  con una técnica más desenvuelta.


Con gran delicadeza el pintor consigue pasar , del color oscuro más intenso , a las carnaciones suaves y luminosas de la figura , situada en el fondo cromático y bañada de una luz arbitraria, que tiene lugar , tan sólo, en función de las necesidades pictóricas. Con este hermosisímo retrato, Sorolla parece haber creado una imagen de validez universal y raíces costumbristas que magnifica la vida en el campo , con dulzura, pero siempre lejos de la típica estampa para recuerdo del curioso.

Mercedes Tamara 
17 enero 2012


Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa







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