viernes, 6 de julio de 2012

LA SIESTA DE JOAQUIM SOROLLA

LA SIESTA 1911
La Siesta 
óleo sobre lienzo 200x 201 cm
Museo Sorolla , Mdrid 


Cada vez la pintura de Sorolla va buscando derroteros más innovadores , sin renunciar nunca al camino ya aprendido y asimilado . De esta forma traslada a un prado guipuzcoano todas las características que habían resultado" infalibles " en sus cuadros de playa , lo que había hecho  ya, con anterioridad , en sus lienzos con la temática del baño realizado en la Granja de San  Ildelfonso .

En esta vertiginosa visión en picado y no existe linea de horizonte ; el paisaje , en esta caso la hierba , no es más que un breve fragmento . La gran movilidad de la perspectiva , que da  dinamismo a la composición, contrasta extrañamente con la pasividad de las mujeres . El cuadro , aunque parece simple, tiene una construcción realmente compleja y también novísima La composición no respira, no hay aire , está ahogada por la frondosa alfombra de la hierba. Como si se tratara realmente de cuatro flores, los cuerpos de las muchachas están vistos desde arriba , literalmente aplastados contra el mullido suelo , lo que contribuye a esa sensación  tan lograda de pereza, de pesadez , de adormilamiento.

Voluntariamente no ha creado un centro , falta un eje ordenador de la visión . De esta manera  el ojo se desplaza en zig-zag por toda la composición , de un punto a otro , cediendo a la llamada  de las bellisímas notas de color de las luminosas telas , desperdigadas por el equilibrio contexto  del cuadro .

Parece que la figura humana , con este tratamiento sintético y decorativo , tiene exactamente la misma importancia que la propia hierba , son meras presencias físicas , sin prácticamente distinción entre el sólido de los cuerpos y el espacio que los contiene. Las transparencias de la telas , las notas de color de las mismas -donde dominan , además del blanco , los amarillos y  malvas -cada una con su propio timbre , reclaman simultáneamente , nuestra atención.

El antecedente más próximo del tema está en el cuadro de Gustave Coubert Las señoritas al borde del  Sena 1857. También el impresionista Auguste Renoir había pintado a sus corpulentas bañistas echadas al borde del agua , pero seguramente es la obra del americano Sargent , la que pudo influir directamente sobre nuestro pintor. Sus cuadros con figuras femeninas descansando al sol , leyendo, durmiendo, dibujando o jugando al ajedrez , anticipan soluciones muy próximas a esta y ya desde el año 1887 -incluso tiene una bonita acuarela titulada también La siesta de  1907- Las imágenes de este abandono sensual son variadas e innovadoras en sus composiciones, pintando a sus modelos -como en el caso de Sorolla siempre amigos o familiares-desde perspectivas y puntos de vista realmente inusuales .Muy parecida composición es la de Dos muchachas con vestidos blancos  ( colección privada ) pintada durante una excursión a los Alpes  italianos o, en el mismo año que esta , las maravillosas acuarelas realizadas en Simplon  Pass en el Tirol : Sombrilla verde o Leyendo , ambas en el Museo of Fine Arts de Boston.

Pero , a pesar de este importante precedente , entiendo que esta obra de Sorolla- que nos habla como nadie de sensualidad, belleza e indolencia- supera con creces a las del pintor americano, sobre todo por su gran modernidad y su expresivo decorativismo , que anticipa soluciones muy queridas para la vanguardia.



Mercedes Tamara 
6 julio 2012



Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa





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