jueves, 18 de abril de 2013

LA ACTRIZ MARIA GUERRERO COMO " LA DAMA BOBA " JOAQUIN SOROLLA

LA ACTRIZ MARIA GUERRERO COMO " LA DAMA BOBA " 1906
La actriz Maria Guerrero, como " La dama boba "
óleo sobre lienzo 131x120,5cm
Madrid, Museo Nacional del Prado

Este retrato , pintado por Sorolla a la que fuera su gran amiga y vecina María Guerrero,es seguramente el mejor y más expresivo testimonio de la verdadera obsesión que le eximía actriz mostró durante toda su vida por su propia imagen , haciéndose retratar desde su infancia por varios de los más famosos pintores de su tiempo. Esta voluntad se vio favorecida ya en el seno familiar por la amistad de su padre, el decorador Ramón Guerrero, con muchos de estos artistas , educando a su hija en un ambiente culto y erudito, que incluía clases de idiomas y declamación. Así, Maria Guerrero creció en un ambiente intelectual y sensible hacía el mundo de la pintura , que estimularía a la actriz su afición por querer inmortalizar su imagen en las distintas  etapas de su trayectoría y en los algunos de los papeles que le dieran mayor renombre en la escena . Así, el malagueño José Vallejo ( 1821-1882 ) y el valenciano Emilio Sala  ( 1850-1910 ) la pintaría todavía siendo una niña y Raimundo de Madrazo la retrató en 1897 en su papel de Doña Inés. Al final de su vida sería retratada además  por otros famosos pintores como Anselmo Miguel Nieto ( 1881-1964 ) Daniel Vázquez Diaz ( 1882-1969 ) o Ricardo Baroja ( 1871-1953 ).

Así, la Guerrero posó para los pinceles de Sorolla en la plenitud de su fama como la más grande actriz española de su tiempo en este soberbio retrato , que la representa  en este caso en el rol de Finea, protagonista de la inmortal comedia La dama bobaescrita por Lope de Vega en 1613, que sería también uno de los papeles emblemáticos en la carrera de la actriz, con el que cosechara legendarios éxitos tanto en España como Argentina.

Nacida en Madrid el 17 de abril de 1867, María Guerrero Torrija, fue alumna de la  egregia actriz Teodora Lamadrid y compartió escenario durante su juventud con los grandes actores españoles Emilio Mario y Ricardo Calvo y los franceses Coquelin y Sara Bernhardt. Casada desde 1896 con el aristócrata y también actor Fernando  Diaz de Mendoza ( 1862-1930 ) con quien formó compañía propia, ambos dieron al teatro español una de sus épocas más gloriosas , estrenando cerca de ciento cincuenta obras a lo largo de toda su carrera, no sólo en España  sino también en Sudamérica . En Madrid , el teatro de la Princesa vivió los mayores triunfos de la actriz, cambiando por ello su nombre años después de su muerte , ocurrida el 28 de febrero de 1928 por el teatro Maria Guerrero que todavía conserva .

El mismo año en que Madrazo pintara a la actriz en su papel de Doña Inés del Tenorio, Sorolla realizó una primera versión del presente retrato, cuando María Guerrero contaba veintinueve años , con un tamaño más reducido  ( 110x 135 cm ) presentándolo entonces en la Exposición Nacional de 1897. Nueve años después el artista lo reharía por completo sobre este primer lienzo, que amplió hasta el formato más cuadrangular que hoy presenta, muy utilizado por Sorolla , en otros retrato de  ese mismo momento. Así, añadió a la tela original sendas bandas horizontales en  su borde inferior y superior, perfectamente visibles en la actualidad, superando con mucho en su deslumbrante calidad pictórica los resultados de la primera versión, conocida a través de la fotografía. En ella, María Guerrero aparecía con rostro serio y más joven, sentada en un sillón frailero, cuyo respaldo asomaba tras su figura,  ante el fondo impreciso de un salón , con paredes de alto zócalo de cuarterones.

Después Sorolla rehizo totalmente el rostro de la actriz como su vistoso traje, ampliando sustancialmente su guardainfante y transformando también el fondo, que ambientó en el interior de una sala en la que aparece sentado su esposo, igualmente caracterizado para la obra en el papel Rufino,profesor de Finea, sosteniendo un libro en las manos . Igualmente, sobrepuso la fecha de 1906 ala anterior de 1897 que figuraba en la inscripción de la esquina superior izquierda, junto al escudo de armas de la actriz.





La recreación de la moda del reinado de Felipe IV en esta caracterización de María Guerrero da una vez más la oportunidad a Sorolla para rendir su particular homenaje a la pintura de Velázquez , haciendo gala de su profunda asimilación de la pintura velazqueña aplicada a su propia maestría pictórica en el despliegue del vestido , de extraordinaria riqueza cromática a base de rosas, carmínes y blancos , que remiten de inmediato al retrato de La infanta doña Margarita del Prado. Así, Sorolla resuelve el traje con una libertad absoluta de trazo, desenvuelto y vibrante , y una jugosidad  de materia asombrosa modernidad que corresponde por lo demás a la etapa más rotunda del maestro valenciano como retratista, logrando captar en el lienzo con una vivacidad palpitante toda la intensidad expresiva del característico rostro de la actriz, que tanta fama diera por su fuerza dramática a esta gran dama del teatro español.

La infanta doña Margarita de Austria ( Velázquez )
óleo sobre lienzo 212x147cm
Museo Nacional del Prado, Madrid




Por otra parte, este retrato viene a suponer el testimonio más elocuente del papel  crucial que desempeñó el Museo del Prado en el descubrimiento y admiración de  Sorolla por la pintura de Velázquez. En este sentido, resultan especialmente elocuentes las propias palabras del artista , que expresan con toda claridad su especial intención puesta en esta obra: " Yo le pedí a María que me dejara hacerle  este retrato, que he pintado para que después vaya al Museo del Prado. Porque es lo que yo digo a María : " Tu deberías entrar en el Museo y conviene que estés pintada por mi y sea ésta una de las obras mías que se queden allí ". No es extraño  pues que Sorolla quisiera destilar en él, lo mejor de su arte, intentando emular al  " maestro entre maestros " con quien, en sus anhelos , quería compartir vecindad  con este retrato en los muros del Prado, deseo que finalmente llegaría a cumplirse. María Guerrero también había llegado a cuajar una gran amistada con Joaquín Sorolla, que se estrechó aún más al convertirse en vecinos  tras construirse éste
su última casa, hoy convertida en Museo Sorolla. Así, la actriz suministraría al 
artista trajes de su vestuario para algunos de sus retratos, según comenta el  
`propio Sorolla en carta a su esposa Clotide

Mercedes Tamara Lempicka
18 -abril-2013










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