viernes, 19 de abril de 2013

ELENA EN EL PARDO O EN LA ANGORILLA JOAQUIN SOROLLA

ELENA EN EL PARDO O EN LA ANGORILLA 1907
Elena en el Pardo o en La Angorilla
óleo sobre lienzo 82x 106 cm
Colección particular





Sorolla sentía especial debilidad por sus hijas, que tenían caracteres muy diferentes. María , la mayor, era muy pacífica, muy sensata; Elena , la menor, era la alegría de la casa. Este retrato pintado en la primavera de 1907, cuando Elena tenía once años. lo llevó a cabo Sorolla en los montes de El Pardo, en La Angorilla, finca que sus amigos Carlos y Eulalia de Urcola les habían cedido para que María se recuperase  de la enfermedad que había contraído.



Mientras duró la enfermedad de su hija primogénita, Sorolla permaneció cerca de ella, alternando sus estancias en Madrid -en las que aprovechó para pintar en su estudio numerosos retratos- con largos fines de semana con su mujer y sus hijas en El Pardo. En estas jornadas en el campo pintó numerosos paisajes de la sierra y retratos de  sus hijas.



De Elena pintó dos en los que la niña, ajena a la angustia que su familia . vivía con la enfermedad de su hermana, juega con sus muñecas o las pasea, como vemos en  este cuadro, donde la figura de la niña con su cochecito ocupa la mitad izquierda  de lienzo para crear la ilusión de que su paseo con el coche de muñecas se ha detenido solo un momento y continuará. Las figuras se integran en el paisaje de fondo con toda naturalidad , pero al mismo tiempo destacan sobre él gracias al  vestido y tocado de la niña y a la colcha que cubre el cochecito, en esos blancos relucientes que Sorolla interpreta tan bien. De este retrato existe un estudio en una colección particular. También se conserva una fotografía en la que Elena juega con Canelo, el perro de la familia, apareciendo detrás de ella el cochecito de sus muñecas y María tumbada en su camastro , al sol, protegida por una sombrilla, leyendo.



El otro cuadro que pinta en este momento Elena y sus muñecas, es una obra de espectacular modernidad , muy diferente de la que aquí se presenta . De formato vertical , Sorolla pinta a la niña entre sol y sombra, con una factura potente ,de  amplias y valientes pinceladas, manchas puras de luz de sol que se filtra a través de las ramas de unos árboles que se adivinan, hechas a base de brillantes y  relucientes empastes en color arena sobre el suelo teñido de violetas por las  sombras , de notas más blancas en el delantal y zapatos blancos de la niña, y con unos ligeros toques de brillante bermellón en su trajecito rojo. Elena, sentada en una silla de tierra con la pose natural de una niña, sin afectación y sin prestar atención a su padre mientras la pinta, juega con sus muñecas. La figura, de una monumentalidad rotunda, ocupa casi la totalidad del lienzo. La paleta, de nuevo reducida, sobria, en este caso a base de tonos rojos, violetas, ocres, negros y blancos (los magistrales blancos de Sorolla ).



Sorolla conservó Elena en el Pardo hasta que a su muerte lo heredó la retratada. Por deseo de esta estuvo en calidad de depósito en el Museo Sorolla, en el lugar en el que desde siempre lo había visto colgado. A la muerte de Elena pasó a su familia


Mercedes Tamara 
19-abril.2013

Bibliografía : Sorolla, Begoña Torres González , Edic Libsa


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