jueves, 13 de noviembre de 2014

LA DAMA DE LOS ABANICOS EDOUARD MANET

LA DAMA DE LOS ABANICOS 1873-1874
La dama de los abanicos
óleo sobre lienzo 113 x 166 cm
París, Museo de Orsay


El cuadro retrata a Nina de Callas , célebre bohémienne de la época, que presidía un famoso salón literario y artístico frecuentado por poetas , músicos y pintores como Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, Anatole France y el propio Manet. Apreciada compositora y anftriona generosa , mantenedora y amante de muchos jóvenes talentos pobres,
pero también alcohólica y neurótica, murió con solo treinta y nueve años.

Manet la representó en una especie de caja abierta , como una joya negra que destaca del fondo claro del canapé y la pared del estudio del artista, expresamente adornado. La tapicería y los abanicos japoneses que decoran el fondo eran ya moda corriente en París desde hacía una docena de años y también Renoir y Monet habían utilizado escenografías similares en sus obras contemporáneas. El elegante atavío de Nina , que lleva uno de los trajes argelinos que gustaba de ponerse en sus recepciones, contrasta con la pose familiar en la que la representa el artista, tendida y con el codo apoyado en cojínes .

Manet mira a la modelo con indudable simpatía , captando su psicología más allá de su aspecto rebuscado. La mujer tiene un aire absorto y al mismo tiempo cansado; un esbozo de sonrisa no logra ocultar su melancolía y en su imagen el pintor aprehende su doble índole de persona mundana y artista sensible. Manet adopta una pincelada rápida y vivaz que descuida los detalles para transmitir la impresión de conjunto . La pincelada más menuda y deshecha a la que recurre en algunas zonas acusa la influencia de las ideas de pintores jóvenes, pero en el traje de Nina triunfa el negro brillante y luminoso que es distintivo del artista.

Mercedes Tamara
13-11-2014

Bibliografia. Manet, Edit Biblioteca El Mundo 



1 comentario:

  1. La delicadeza de los acordes cromáticos , la
    gran maestría con que armonizaba los negros.
    Los grises y los blandos animándolos con
    notas fuertes y delicadas ; la habilidad de
    unir en el procedimiento técnico un sentido
    nítido y casí cálido de lineas y valores
    y una ejecución rica de carácter, tosas esas
    raras dones del pintor auténtico

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