REUNIÓN DE FAMILIA
Reunión de familia óleo sobre lienzo 152 x 130 cm Museo de Orsay, Paris |
Antes de desaparecer prematuramente durante los combates de la guerra franco-prusiana de 1870, Frédéric Bazille estuvo muy próximo de Renoir y de Monet, en los que admiraba en particular las escenas al aire libre. Aprovechando una estancia estival en la residencia familiar de Méric, cerca de Montpellier, comienza este motivo sobre un lienzo de bastante grande formato, reuniendo en una terraza diez de sus parientes cercanos, junto a él, representado de pié, en la extremidad izquierda del cuadro.
Los zanjantes contrastes muestran el amor del pintor por la luz de la región del Mediodía. El grupo se encuentra bajo la sombra de un imponente árbol, lo que intensifica los colores crudos del paisaje y del cielo, opuestos. La luz filtrada por el follaje hace de hincapié la ropa clara que contrasta con las notas oscuras de las chaquetas, con un chal o un mandil.
Al contrario del gran lienzo de Monet Mujeres en el jardín, que acababa de adquirir Bazille, cada una de las figuras constituye también un retrato y casi todos los modelos miran al espectador, como si estuvieran con un fotógrafo. Por lo cual, y pese a que se trate en este retrato de grupo de la intimidad familiar, las poses son un poco rígidas. Incluso la ejecución parece ser contenida y Bazille retoca una y otra vez el lienzo durante el invierno, antes de volver a cogerlo una vez más un año después, incluso tras haberlo mostrado en el Salón, sustituyendo unos perritos por un bodegón, muy poco natural.
Estas indecisiones y compromisos explican sin duda alguna, que su cuadro fue aceptado en el Salón de 1868, mientras que los de Monet, más atrevidos, fueron rechazados. Modesto, Bazille se sorprendió, escribiendo que el jurado dio su acuerdo "no sé como, es probable que se hayan equivocado".
Los zanjantes contrastes muestran el amor del pintor por la luz de la región del Mediodía. El grupo se encuentra bajo la sombra de un imponente árbol, lo que intensifica los colores crudos del paisaje y del cielo, opuestos. La luz filtrada por el follaje hace de hincapié la ropa clara que contrasta con las notas oscuras de las chaquetas, con un chal o un mandil.
Al contrario del gran lienzo de Monet Mujeres en el jardín, que acababa de adquirir Bazille, cada una de las figuras constituye también un retrato y casi todos los modelos miran al espectador, como si estuvieran con un fotógrafo. Por lo cual, y pese a que se trate en este retrato de grupo de la intimidad familiar, las poses son un poco rígidas. Incluso la ejecución parece ser contenida y Bazille retoca una y otra vez el lienzo durante el invierno, antes de volver a cogerlo una vez más un año después, incluso tras haberlo mostrado en el Salón, sustituyendo unos perritos por un bodegón, muy poco natural.
Estas indecisiones y compromisos explican sin duda alguna, que su cuadro fue aceptado en el Salón de 1868, mientras que los de Monet, más atrevidos, fueron rechazados. Modesto, Bazille se sorprendió, escribiendo que el jurado dio su acuerdo "no sé como, es probable que se hayan equivocado".
Mercedes Tamara
12-02-2015
Bibliografia : Museo de Orsay , Paris
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